Variedades de flores comestibles para decorar pasteles

Existen numerosas flores que pueden emplearse en repostería y cada una aporta cualidades distintas tanto en su apariencia como en su sabor. Dentro de las más utilizadas se encuentran las rosas, que simbolizan elegancia y romanticismo, siendo muy comunes en pasteles de bodas. Sus pétalos se pueden usar frescos, cristalizados o en infusiones para glaseados. La lavanda es otra flor muy apreciada, especialmente en la repostería europea, por su aroma intenso y relajante, aunque siempre debe usarse con moderación para no opacar otros sabores.

Las capuchinas destacan por sus colores vivos y un sabor ligeramente picante que crea un contraste atractivo con lo dulce. La caléndula, con su característico tono dorado, es valorada no solo por su belleza sino también por su sabor sutil que recuerda al azafrán. Los pensamientos, delicados y de múltiples colores, son ideales para pequeños detalles en pasteles y cupcakes, mientras que el hibisco se distingue por su tono rojo intenso y su sabor ácido que refresca los postres tropicales. También hay otras opciones menos conocidas pero igualmente valiosas como las violetas, las fucsias o algunas variedades de margaritas y crisantemos que, además de color, aportan una textura ligera y agradable.



Estas variedades deben siempre provenir de cultivos destinados a consumo humano, pues las flores de florería o jardinería suelen estar tratadas con productos químicos nocivos. Conocer qué especies son seguras y cuáles no, es la base para poder incorporarlas de manera responsable en la decoración de pasteles.
